Qué NO hacer en un test de alcoholemia

De entre todas las medidas adoptadas en España para garantizar la seguridad vial y prevenir accidentes de tráfico, sin duda los controles de alcoholemia es una de las más temidas por todos los conductores cuando han ingerido algo de alcohol. 

La tasa de alcohol máxima permitida en el aire espirado es de 0.25 mg/l, límite que en conductores noveles y profesionales se reduce a 0.15 mg/l, cantidades a las que se puede llegar, dependiendo de la morfología de la persona, con apenas dos o tres tercios o copas de vino. 

Superar esa cantidad de alcohol en el aire espirado supone una multa administrativa de 500 euros y la pérdida de 4 puntos del carné de conducir.

Y a partir de ahí, las sanciones se endurecen. Duplicar el límite permitido hace ascender la sanción a 1000 euros y 6 puntos del carné. Y conducir superando los 0.6 mg/l en el aire espirado (o 1.2 g/l en sangre) está contemplado como delito en el artículo 379 del Código Penal y acarrea penas incluso de 3 a 6 meses de cárcel, multas de 6 a 12 meses y la pérdida del carnet de conducir de 1 a 4 años.

¿Cómo actuar ante un control de alcoholemia? Lo que NO debes hacer

Dado que hoy en día prácticamente todo el mundo depende del coche, es fácil comprender el temor y los nervios de un conductor que ha de enfrentarse a un control de alcoholemia. Y precisamente por ello es esencial conocer sus reglas y procedimientos para evitar incurrir en posibles infracciones que empeoren más la situación. 

Por ello, pasamos a enumerar las acciones que NO debes realizar si has de enfrentarte a un control de alcoholemia.

No te niegues a soplar

Si un agente de tráfico o un policía te solicita que te sometas a una prueba de alcoholemia, tienes la obligación legal de hacerlo y no te puedes negar.

La Ley de Seguridad Vial establece la negativa a someterse a una prueba de alcoholemia como una infracción grave que puede sancionarse con una pena de entre 6 meses y 1 año de prisión, y la retirada del carné de conducir de entre 1 y 4 años (art. 383 del Código Penal). Sanciones, por otro lado, mucho más graves que la resultante de dar positivo en el control.

No intentes alterar el resultado

Del mismo modo, cualquier intento de manipular el etilómetro o engañar a los agentes de tráfico, como soplar de manera insuficiente o cualquier otra técnica fraudulenta, también está tipificado como infracción grave y podría tener sanciones similares a la negativa a someterse a la prueba de alcoholemia.

Además, tanto si te niegas a pasar la prueba como si tratas de alterar sus resultados, los agentes dejarán constancia de ello en el atestado, así como de cualquier sintomatología de embriaguez que puedas presentar, lo que dificultará sobremanera cualquier defensa posterior a nivel legal.

No huyas

Aunque parezca extraño, la acción de darse a la fuga no está tipificada como delito en España. Pero eso no implica que no vaya a tener consecuencias.

Ante un control de alcoholemia tienes la obligación de detenerte, por lo que si no lo haces puedes enfrentarte a faltas como exceso de velocidad, desobediencia a los agentes de tráfico, o incluso daños materiales o a personas. Solo la acción de no detenerse en el control ya supone una multa de 200 euros y la retirada de 4 puntos del carné. Otras como la desobediencia o los daños materiales pueden llegar a acarrear penas de prisión.

No dificultes tu identificación

En un control de alcoholemia estás obligado a identificarte correctamente ante los agentes de tráfico. 

Que el conductor cambie de asiento, se niegue a identificarse o proporcione datos falsos constituye una infracción grave del artículo 36.6 de la Ley de Seguridad Ciudadana, que abarca sanciones de mínimo 601 euros hasta un máximo de 30.000 euros, y en los casos más graves de desobediencia a la autoridad puede acarrear prisión de 3 meses a 1 año o multa de 6 a 18 meses. 

Lo que SÍ te aconsejamos hacer

Colabora con los agentes

Sigue las instrucciones de los agentes y colabora de manera adecuada en el proceso de la prueba de alcoholemia. Los nervios no son excusa, y cualquier falta de colaboración con los agentes de tráfico puede ser considerada una infracción grave sancionable con multas y la retirada del permiso de conducir durante hasta tres meses, e incluso con penas de prisión en casos graves de insultos, faltas de respeto y desobediencia a la autoridad.

Al contrario, recomendamos mantener en todo momento la colaboración y el respeto con los agentes. El control de alcoholemia viene acompañado de un atestado redactado por los agentes, que servirá como evidencia en el juicio, por lo que para nuestra defensa será de gran importancia que el mismo no indique que mostramos signos de embriaguez, desobediencia o agresividad.